Contenidos 2023-09-26
Parte 2 / El producto como un resultado del contexto
Los aspectos estéticos, funcionales y productivos de un producto no deben ser valorados en abstracto. Cada proyecto, cada problema, tendrá soluciones particulares y criterios de evaluación propios dependiendo de su contexto. Existen múltiples elementos que conforman ese contexto, pero hay tres que son fundamentales: el usuario, el mercado y la empresa.
Usuario:
El producto tiene que ser atractivo, funcional y accesible al usuario. Lograr empatizar con su sensibilidad y necesidades es fundamental para conseguir el éxito del producto. Dado que los productos industriales no son hechos a medida para individuos, se debe trabajar cuidadosamente con la definición de perfiles de usuario y traducir los requisitos obtenidos de forma abarcativa e inclusiva.
En el caso de los dispositivos electrónicos, existen productos que, por ejemplo, no tienen interacciones con usuarios específicos, como aquellos destinados, a recolección de datos para monitoreo. En estos casos igualmente se debe considerar al usuario en todo lo relativo a la instalación y al mantenimiento del equipo. En esos casos también se deben considerar las expectativas de los usuarios en cuanto a robustez y estanqueidad, tanto reales (atributos funcionales) como aparentes (atributos estéticos).
El producto tiene que empatizar con la sensibilidad y necesidades del usuario.
Mercado:
Conocer el mercado es fundamental a la hora de desarrollar nuevos productos. Para poder competir tenemos que encontrar atributos y características propias que permitan diferenciarnos de la competencia y posicionarnos en el segmento deseado. Hoy en día cada nuevo producto, y especialmente los productos electrónicos deberán destacar entre decenas y centenas de productos similares. Considerar a los competidores y sustitutos en lo relativo a identidad, prestaciones, calidad y precio será determinante para el éxito de la propuesta.
El análisis de mercado ayudará a encontrar la diferenciación de cada producto.
Empresa:
La empresa que propone el producto aporta múltiples condiciones al proceso de diseño y al resultado final. Factores como el modelo de negocios, las capacidades productivas, logísticas, comerciales, además de la inversión disponible para el desarrollo van a determinar fuertemente las decisiones de diseño que se tomen. Por otro lado, la identidad de la empresa, su branding y también su cultura, deberían verse representados en las propuestas que se desarrollen.
El análisis profundo de estos aspectos es fundamental para llegar a soluciones exitosas en todas las dimensiones del producto.
Un dispositivo diseñado para un emprendimiento que busca financiamiento y necesita decenas o centenas de unidades, no es necesariamente igual al concebido para una empresa establecida que ya tiene productos en el mercado y un sistema de producción y ventas consolidado. La escala de producción y el alcance del proyecto, deberían condicionar y direccionar las propuestas de diseño y el resultado final.
Cada empresa desarrollará sus productos en base a sus objetivos, impronta y magnitud.
El análisis profundo de estos aspectos es fundamental para llegar a soluciones exitosas en todas las dimensiones del producto. Si bien algunos desarrollos pueden tener un énfasis puntual hacia alguno de estos elementos, los productos de consumo masivo deben considerarlos por igual.
Desde Proyector consideramos que todas estas facetas del contexto son determinantes primero, para nutrir el proceso de desarrollo con elementos de corte estratégico y, segundo, para evaluar si las decisiones de diseño que se van tomando son las correctas y las mejores. Si un aspecto estético, funcional o productivo es adecuado, debería derivar del análisis de estas tres dimensiones del contexto.